En los poemas de Luisa se repite el tema de los refugiados acurrucados en botes, que quieren vivir, perseguir un futuro incierto que muchas veces solo los lleva a la muerte. Hay una sensación de dolor, de profunda participación emocional.
Por supuesto, esto nos hace pensar en las vivencias de su padre, él también un refugiado y un náufrago. “Otra balsa a la deriva, sin permiso para llegar a un destino incierto ”.
Creo que no es solamente una cuestión de compasión por los condenados de la tierra. Creo que esta balsa a la deriva supuso para Luisa también nuestra condición humana de seres frágiles e indefensos ante nuestro destino. No me parece únicamente un sentimiento de desesperación, más bien es el sentimiento de solidaridad por la pertenencia a la misma comunidad. Hordas de humanos nos han precedido hacia lo desconocido y otros nos sucederán, y entonces quizás no morimos solos.
“Excepto este raro esplendor que me trae, de nuevo, a lo perdido ”.
Luisa vuelve continuamente a las sensaciones primarias, a esas huellas de sensaciones y emociones que se han inscrito en los cuerpos, incluso antes de que pudieran descifrarse y convertirse en palabras.
Luisa recuerda a menudo a su madre, añora esos momentos en los que el dialogo se desarrolla sintonizándose en los diferentes canales sensoriales.
“ La música en el sonajero de mi cuna, el perfume del viento, el color rosado de las nubes, las lluvias de mar a monte…Después llegaron las palabras: bosque, mar, estrella, caballo, lagartija, rana, y un etcétera”.
La posibilidad de acceder a la imaginación surge del contacto con el cuerpo y de este contacto surge la posibilidad de nombrar las cosas, nace la palabra, el lenguaje, el pensamiento creativo.
El poeta inglés William Butler Yeats, recordando al mítico gigante Anteo, que sacaba su fuerza únicamente del contacto con la Tierra, su madre, escribe que incluso para el poeta todo lo que canta debe provenir del contacto con la tierra. “Escribo con el cuerpo «, dice Luisa, un cuerpo que la devuelve al «campo», a esas primeras intensas impresiones de niña que acompañan el tiempo presente.
“ Una imagen que desborda los límites del cuerpo, o el sencillo sentir de las cosas. Lo no descifrado, todavía, ayer, lo recuerdas? «.
Las metáforas surgen de la experiencia corporal, son el resultado de una percepción intermodal y continuamente crean puentes entre los diferentes sentidos y emociones; por ejemplo: una música dulce, un humor negro, un corazón duro, etc.
Están incrustados en el lenguaje y el lenguaje, dice Vico, es un fenómeno cultural y corporal.
Claudio Miglioli
